gerineldo | 28 enero, 2011 at 20:41 | Categorías: españa, medicina, sescam | URL:http://wp.me/p11XDH-cf |
Por cuestión del azar, he comprobado en propias carnes que liarlo más se puede, pero es difícil y por mor de dicha circunstancia, he comprobado la ineficacia del SESCAM, que ciertamente, no es una empresa seria sino más bien un compendio para aprender lo que es la incompetencia.
No basta con que haya dos historias clínicas electrónicas (Turriano en atención primaria y Mambrino en especializada), sino que para mi horror existe una tercera historia clínica electrónica utilizada en las residencias de mayores dependientes de la Junta de Comunidades, llamada K-sas.
Así, un paciente puede llegar a tener datos clínicos en tres tipos de historias electrónicas, por no hablar de las viejas ‘historias en formato papel’ que muchos tendrán duplicadas si han sido pacientes de varios centros de salud o consultorios locales.
¿Y el Ministerio de salud pretende una historia clínica unificada? Eso literalmente es imposible, salvo que reclutemos a 200 millones de informáticos que diseñen una historia común para todas las CC. AA. y después se pongan a trasvasar datos de las actuales historias a ‘esa hipotética historia única’. Eso sólo cabe en la cabeza del más utópico de los apoltronados, pues aún hoy en día, en muchos consultorios y pedanías, se siguen utilizando historias de papel.
Eso pasa por tener un reino de Taifas, donde se trasfirieron a las CC. AA. competencias a la ligera, sin pensar en las posibles consecuencias futuras que podían tener esas trasferencias. Pero claro, aquí como nadie se hace responsable, como los apoltronados se aferran a la poltrona con uñas y carne y como en este país nadie dimite ni asume responsabilidades, pues nos encontramos con que hemos convertido a España en un Estado inviable económicamente y que nos está costando un ojo de la cara a cada españolito sostener tanta administración, tanto apoltronado (muchos incompetentes), tantos puestos de trabajo que se deciden con tecnología digital, etc etc que ahora estamos como estamos: pagando muy caro los dispendios que se han cometido poco a poco por el capricho de los políticos. Cada uno verá si realmente era necesaria tanta trasferencia, pero yo lo tengo claro: las trasferencias, como la fama, cuestan… y ahora nos toca pagar por ellas.
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