MAFO se quita la careta: exige a las cajas que se conviertan en bancos antes de Navidad. Desaparecerá así el sector del ahorro popular. El proceso terminará también con la obra benéfico-social. En lugar de oponerse, Rajoy mete más prisa a las fusiones. Será la ‘gran reforma” financiera de la época, perpetrada al alimón, por PSOE y PP
Hispanidad advirtió desde el primer momento que el verdadero objetivo de las reformas del Banco de España en el sector ahorro era convertir a las cajas en bancos, en sociedades anónimas, algo que no todo el mundo se atrevía a reconocer y, menos que nadie, el Gobierno y el Banco de España. Pues bien, el impulsor de la reforma, Miguel Ángel Fernández Ordónez (MAFO) lo reconocía abiertamente este lunes.
Durante el X Encuentro Financiero Internacional Caja Madrid, el gobernador hizo un repaso sobre la marcha de la crisis, diferenciando una primera oleada internacional que afectó poco al sistema español, y una segunda oleada provocada por los defectos estructurales de nuestra economía. Una vez más MAFO relacionó los efectos de la crisis con la necesidad de modificar la ley de cajas, “dado que el marco jurídico impedía a las cajas reforzar su capital de mayor calidad en la forma que lo hacen los bancos”. La modificación implicaría la capacidad de emitir instrumentos de capital, emisión de acciones, así como el permiso a los inversores para entrar en los órganos de decisión de las cajas... en otras palabras, transformarlas en bancos.
Pero en la mañana de este lunes, MAFO fue más allá en esta exigencia cuando explicó que para la solución de la crisis cada uno tiene que hacer su trabajo: el Gobierno debe mantener la tensión de su política económica de austeridad y reformas estructurales, el Parlamento debe apoyar, los reguladores tendrán que aplicar con diligencia lo aprobado por el Parlamento y el Ejecutivo y las entidades tendrán que reducir costes, aumentar la eficiencia y frenar el descenso de beneficios. En este panorama, según el gobernador, las cajas asistidas por el FROB “deberán cumplir rápida y escrupulosamente los calendarios de integración acordados”. Aquí fue donde MAFO se quitó la careta: “En este sentido, todas las fusiones de cajas que ya están en marcha y todos los SIPs deberán tener constituidos los bancos que funcionen como organismo central del mismo y deberán hacer público su Consejo y su nuevo equipo ejecutivo antes de Navidades”. De esta forma, Fernández Ordóñez urgió a las cajas a convertirse en bancos con un plazo de apenas mes y medio.
En definitiva, el hachazo a las cajas va a ser consumado en breve y con él desaparecerá el sector del ahorro popular. La entrada de inversores supondrá una presión que las obras sociales no podrán resistir y que, en definitiva, acabará con ellas. Y el encargado de ejecutar esta transformación ha sido un gobernador con carnet del PSOE.
Pero en la bancada de la oposición las cosas no son muy diferentes. Lejos de ponerse en contra de la conversión de cajas en bancos, Mariano Rajoy es más mafista que MAFO. El líder del PP no sólo obedece al gobernador en su petición de apoyo, sino que exige más velocidad. En opinión de Rajoy, el proceso se está realizando con excesiva “parsimonia”. Sin preocuparse por las cajas, el presidente de los populares exigía que se tenga un mapa definitivo de las entidades viables y debidamente recapitalizadas y que afloren los riesgos y se saneen las carteras crediticias para que pueda normalizarse el flujo de crédito. Todo ello sin que, al revés que en otros países, haya habido crisis bancaria, pues sólo una entidad, la CCM ; ha precisado ayuda del antiguo Fondo de Garantía de Depósitos.
PSOE y PP han consensuado el fin de las cajas de ahorros. Un día triste para la economía española.
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