domingo, 5 de diciembre de 2010

El Estado la arma

Los hechos son, más o menos, que un colectivo de 2300 controladores aéreos soportan desde hace ocho meses el acoso ininterrumpido de un Gobierno, con una campaña de infamia y crispación, induciendo a la ciudadanía a su desprecio y escarnio, fundamentalmente porque cobran demasiado, cuando hay algunos políticos que cobran más que la media del colectivo, se quedan tan frescos, sin admitir críticas de nadie.

El detonante, un decreto-ley impuesto por el Gobierno contra todo proceso de acuerdo y negociación al más puro estilo bolivariano; la estupidez, hacerlo el viernes anterior al puente más largo del calendario, en una prueba de fuerza, pensando que los controladores no se atreverían a moverse, perjudicando a más de 600.000 ciudadanos y ofreciendo la imagen de estado de alarma permanente que se vive en España en los últimos tiempos, gracias a un gobierno sobrepasado y derrocado por la realidad.

En la huida desesperada del Gobierno hacia delante, la última genialidad ha sido la declaración de Estado de Alarma con militarización de aeropuertos y acusación de sedición para los desertores-controladores que se han ido para sus casas con la baja médica correspondiente. Algo que no había ocurrido en la democracia española ni en el 23-F, ni en el 11-M.

La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) ha solicitado a sus afiliados que acudan a los aeropuertos, algo que han hecho la mitad de los controladores, pero negándose a trabajar por la situación de estrés que están atravesando con el conflicto abierto y que podría repercutir sobre su trabajo y la seguridad de los pasajeros de los vuelos cancelados. A ningún trabajador de un país occidental se le puede obligar a trabajar en las condiciones que se han provocado contra su voluntad, si no se encuentra a sí mismos, con actitudes físicas y psíquicas para hacerlo. Ningún médico va a asumir esa responsabilidad, ningún militar va a obligar a nadie a trabajar contra su voluntad, cuando en sus manos están vidas humanas, si el sujeto se declara incompetente.

El resumen del despropósito, 600.000 ciudadanos tirados en los aeropuertos, un Gobierno incompetente que no sabe resolver la situación porque ha roto cualquier posibilidad de acuerdo unilateralmente al imponer un decreto-ley de forma fascista, una situación extravagante con un Estado de Alarma decretado y toma militar de los aeropuertos, una imagen de quiebra absoluta de cualquier orden transmitida al resto del mundo. Sin duda, alguien más que los controladores se ha equivocado en este maremagnum desconcertante. Cuando un gobierno en su soberbia, arriesga la seguridad de los ciudadanos, imponiendo medidas más propias de una república bananera, es que ha perdido por completo el sentido de la gestión de los intereses públicos generales, condenándose a sí mismo a abandonar el poder.

Esto era lo que nos faltaba, la guinda del pastel, después de arruinar el país económicamente ahora también se han cargado el Estado de Derecho, porque les sale de las narices. Que se vayan de una puta vez y dejen de hacer daño al país y a sus ciudadanos. Por la misma razón que aducen para militarizar a los controladores, hace tiempo que habría que haber echado a este Gobierno para evitar el daño que han hecho a los ciudadanos. Lo de los controladores no es nada comparado con lo que nos han hecho a los españoles los gobiernos de Zapatero.

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